domingo, 21 de enero de 2007

Huesos en el desierto

Sucede en mi país. Sucede vez tras vez, y nadie hace nada serio por detenerlo. Se trata de los asesinatos misóginos en Ciudad Juárez, Chihuahua.

Como mexicana, por supuesto que sé de qué hablan cuando se refieren a «las muertas de Juárez». Como mexicana me indignan tales atrocidades. Como mujer, me horrorizan. Como cristiana, me duelen profundamente.

Di con este libro porque Sergio Contemori me comentó algo después de haber leído sobre él en un diario de Rosario, Argentina. No recordaba bien el nombre, pero me dijo algo como «El desierto de los huesos».

Tras un reciente viaje a México en el que tuve que esperar aproximadamente seis horas para ver si mi maleta que no llegó en mi vuelo arribaba en el siguiente (...y el siguiente... y el siguiente...), tuve suficiente tiempo para merodear por el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, y pude regodearme a mis anchas —bueno, no tanto, porque el local es más o menos angosto— en una de las Librerías Educal Libros y Arte, de CONACULTA, que me encanta visitar cuando por alguna razón paso más de media hora de espera en ese puerto aéreo.

Se me ocurrió preguntar qué libros sobre «las muertas de Juárez» tenían a la venta. La chica del mostrador pareció tratar de recordar algún título, de modo que fui directo a preguntar por los huesos y el desierto. La chica me refirió con otro dependiente, quien de inmedidato pareció saber lo que necesitaba. Al parecer, me dijo él, hacía algo de tiempo que no lo tenían a la venta, pero corrí con suerte y luego de internarse en los pasillos regresó con el libro en las manos, «Huesos en el desierto», del periodista mexicano Sergio González Rodríguez.

No empecé a leerlo inmediatamente. Llegó conmigo y mis dos malestas de regreso a casa aún selladito. Pero ya reinstalada, luego del viaje, fue que le di oportunidad de ilustrarme, de informarme y de dejar bien acomodada una inquietud que aquí quiero transmitir, que va más allá del pesar que se le instala a uno en el estómago cuando lee tantas y demasiadas evidencias de impunidad y violencia desmedida y disfrazada, de sucias alianzas de intereses que en nada benefician a la Nación y de cuanta cosa venga aparejada con la intención de tapar todo lo que es cierto y es real, en México, mi país.

La inquietud fue disparada sí por el libro, pero más por una pregunta que Sergio me hizo respecto a este asunto de los asesinatos de mujeres en Juárez: «¿Está la iglesia del Señor haciendo algo al respecto?». Claro que puedo justificar mi ignorancia diciendo que jamás he estado en Ciudad Juárez, y que ni en México estoy hoy día. Claro, se puede. Pero no sirve. Soy parte de ese cuerpo que debería estar involucrado hasta los codos en luchar por que esto se detenga. Mi pregunta es... ¿qué estamos haciendo nosotros, que tenemos la armadura completa: yelmo, coraza, calzado, escudo y espada? ¿Alguien allá afuera sabe la respuesta?

Algunos enalces sobre el tema:

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ha sido bastante controversial éste asunto de la Muertas de Juárez; en lo personal soy originario de ésta ciudad. Y bueno ha sido un asunto del cuál muchos se han servido hasta la fecha; claro sin minimizar el asunto. Pero la prensa amarillista, los politicos sin escrupulos y en particular un grupo de mujeres de la alta sociedad con fines "sociales" han hecho del asunto una manera de hacer salir el ego que llevan por dentro. Juárez es una ciudad como cualquier otra con sus problemas delictivos; como las ciudades del Pacifico, el Occidente y el mismo DF.

Anónimo dijo...

Se ha comentado bastante tambien del agravio hacia la mujer, que tambien de cierta manera es equivocado. En Juárez como algunos han de conocer es una frontera demasiado importante en México, de hecho es la mas grande que existe. Por lo tanto se dá un enorme éxodo de personas que buscando el sueño americano, al verlo frustrado se quedan a vivir en nuestra ciudad, cosa que siempre nos ha dado un gusto enorme; el Estado de Chihuahua siempre se ha catalogado como un estado hospitalario. Mucha gente con la ingenuidad de sus lugares de origen llegan a una ciudad por donde USA deporta muchos mexicanos, entre ellos varios delincuentes. Imaginen ese choque de chicas jovenes ingenuas y delincuentes; otra cosa importante es el ritmo de vida que normalmente se lleva, normalmente los primero contactos de los casos se dan en lugares de baile, antros, o lugares que alguien racional no frecuentaria y mucho menos a dichos horarios. En lo personal tengo toda mi vida viviendo aqui. Y para mi como para muchas personas es una ciudad tranquila, obvio con los problemas que toda ciudad tiene, de grandes oportunidades para vivir mejor.

Anónimo dijo...

Ahora que hace la iglesia en Juárez, creo que ha hecho todo lo posible. Tanto se ha orado, conscientizado a la comunidad. Pero si me preguntan especificamente por las familias afectadas, simple y sencillamente les diré que la prensa, los politicos, algunos escritores, y grupos "sociales" no han querido soltar su estandarte de beneficio. Nunca se localizan a los familiares o se les restringe el acceso. En Juarez no existe un odio al sexo femenino, ni siguen los crimenes contra mujeres, que han sido aislados uno de otro e independientes. Ni existe un asesino serial. Han habidos bastantes chivos expiatorios. Antes decian de Juárez el que no es narcotraficante es prostituta. Y bueno con tristeza ahora vemos, aunque ya no tanto la fama mal habida de las muertas de Juarez. Visiten Juárez y sabran lo bueno y bello que es vivir aqui.

Anónimo dijo...

Hola Sarai!!:D

Pues sí, este tema,es bastante conroversial.
No tengo mucho que decir al respecto, creo que ya todo está dicho. Pero eso sí, creo que como cristianos tenemos la responsabilidad de estar en constante oración.


Bendiciones!!!!


Vale