viernes, 25 de mayo de 2007

Vean lo que pocos pueden ver

Literalmente, muy pocos han visto este video, porque Yahoo lo publicó en su sitio de videos musicales, pero la reproducción al parecer está restringida a algunas localidades , bla bla bla.

Bueno, al fin Universal lo puso en YouTube, solo que no deja que uno lo pegue en su blog... ¡bah!

En fin, aquí pueden verlo: RESCATE • Vean • Álbum «Buscando lío», 2007 Universal.

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martes, 22 de mayo de 2007

Un gran ramillete de... ¿epazote?

Hace un par de días, uno de los habitantes de esta casa, de extracción cubana, me sorprendió preguntándome si yo sabía hacer esquites. Por supuesto, debido al alto grado de dificultad para cocinar semejante delicia, le dije que sí. En una ida al supermercado, buscamos por todos lados elote blanco. Estábamos resignados hasta a usar la versión de lata, pero, ¡oh sorpresa! Todas las versiones enlatadas amenazaban con que su contenido era «super dulce».

Definitivamente, nos desanimamos, hasta que descubrimos que podíamos conseguir una bolsa de maíz blanco congelado. No era mi ideal, pero como reza la gran sabiduría tradicional de mi pueblo, «peor es nada».

>>De igual forma, me lancé a buscar el condimento principal de los esquites, que por no ser tradicional de la comida tex mex ni americana —aunque crece en el parque que queda cerca de casa— no es tan fácil de encontrar en las tiendas. Eric —el de la idea— dijo que lo conseguiría al otro día en el supermercado que tiene muchos productos mexicanos.


Al día siguiente, en mi habitual ruta por el parque, decidí que por si sí o por si no, me llevaba un ramito... no, dos ramitos de epazote. Lo seleccioné cuidadosamente, y corté las coronas de sendas plantas enormes y verdes. Lo que anticipé era que, de encontrar el epazote en Fiesta (la tienda), Eric lo compraría pero sería una mísera ramita, como normalmente venden acá las hierbas frescas. Cuando vi lo que compraron casi me voy de espaldas. En la oscuridad, pensé que era una docena de rosas, y cuando voy viendo... ¡era algo así como la cantidad de epazote que carga una indita para vender en su puestito del piso en el mercado! Por alguna extraña razón, así lo tenían en la tienda (yo creo que ni lo habían dividido para su venta) y cuando por fin lo hallaron entre tanta hierba, se los vendieron por un dólar. Bueno, figúrense qué voy yo a hacer con 11 pesos de epazote en el refrigerador.

Ya traté con una lista:

  • esquites
  • sopa de champiñones
  • quesadillas de champiñones
  • quesadillas de queso
  • huitlacoche (¿y ese dónde lo consigo aquí?)
  • chilaquiles verdes
  • frijoles negros
  • sopa de tortilla
  • robalo con epazote
  • té para ahuyentar lombrices

Y párale de contar. Si quieren ver otras, lean esto. El caso es que con esas recetas, tal vez logre agotar el vasto ramillete de epazote, pierda todos los posibles parásitos que tenga en mi sistema digestivo, y adquiera para siempre el fuerte olor de esta hierba, que es el saborizante por excelencia de la cocina mexicana.

Mientras tanto, les contaré que los esquites con maíz congelado resultaron todo un éxito. Me los serví en un vasito y les puse su limón, chile piquín —o la versión popis, Tajín—, hasta un poquitito de mayonesa, ¡y pa'dentro! Ah... por diez minutos estuve en las calles de México, frente a un puestito callejero, disfrutando mis esquites. Luego, regresé a la cruda realidad.


Por pura vergüenza decidí quitar el logo de «Every day in May».

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lunes, 7 de mayo de 2007

El colmo de los colmos


[Escribí esto en el lounge de Continental, antes de abordar el avión, pero hasta ahora puedo publicarlo. Cuenta como escrito el sábado]

Son las 8:24 am. Estoy en el aeropuerto de Houston, en lista de espera para volar a Nashville.

Se supone que salía a las 2, pero se nos ocurrió (a mi alegre comitiva de 3) venirnos desde temprano para tratar de salir en el vuelo de las 8. Solicitud denegada.


>>Había 10 personas en la lista de espera antes de nosotros, entre ellas, una familia con 5 hijos — de los cuales, las cuatro nenas y la mamá lucían vestido similares, largos hasta los pies, solo que en colores diferentes, lo que me hizo suponer que son menonitas o algo así.

El colmo de los colmos es que ayer que estaba en el proceso de preparar mi maleta — a eso de la 1 am— Yoseka se apareció en el MSN y comenzamos a charlar sobre su inminente boda y mi viaje a México, que muy probablemente coincida con tal singular fecha. Cuando le dije que estaba preparando mi equipaje porque volaba a Nashville, solo exclamó —suponiendo que eso pueda interpretarse desde MSN— «¡Yo estoy en Memphis!». De modo que hoy y mañana estaremos en el mismo estado, pero no podremos saludarnos. No pude más que reírme. Casualidades y absurdeces de la vida moderna. Sin embargo, su boda será en Izcalli, nada menos que en el Parque de las Esculturas, el lugar al que de niña iba con mucha frecuencia a los picnics familiares.

No puedo escribir mucho más porque estoy cayendo de sueño... Creo que con esto cumplo con mi cuota de hoy, pero si recibo inspiración más tarde, seguramente leerán alguna cosa más, tal vez en compensación con los días de mayo en que no he escrito nada.

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jueves, 3 de mayo de 2007

El dulce sabor del castellano


Sí, sí... ya sé que dije que comenzaría el mes muy creativamente y he fallado miserablemente. Créanme que en realidad era mi propósito, pero una avalancha de trabajo se cierne sobre mí...

Hoy pude, por primera vez en mucho tiempo, salir a comprar chácharas y tomar un café, acompañándolo con una conversación que gracias a Dios no tuvo nada que ver con el trabajo. Por cierto, ahora Starbucks está ofreciendo un saborizante especial para los lattes y los frapuccinos —y de hecho, para cualquier estilo de café— que es «Dulce de leche» así, en español. He adoptado la moda y pido mi «Latte descafeinado, descremado, tamaño "Grande" (que en idioma starbucksiano significa "mediano") con —a propósito llego con el español por lo alto— "Dulce de leche"». No me he fijado bien cómo lo pronuncian los nacionales, pero... ¡qué más da! El término llegó para quedarse.

Extrañamente, teniendo en México 104 establecimientos, por este lado del río usan el término «dulce de leche» en lugar de «cajeta»*, supongo que para no herir susceptibilidades culturales, un esfuerzo más de Starbucks por culturizar sus aromáticas bebidas... aunque, hasta donde sé, aún no existe Starbucks en Argentina.

* La palabra «cajeta», que en México es un dulce hecho a base de leche de cabra, es en Argentina un término vulgar para referirse al órgano sexual femenino.

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