martes, 22 de mayo de 2007

Un gran ramillete de... ¿epazote?

Hace un par de días, uno de los habitantes de esta casa, de extracción cubana, me sorprendió preguntándome si yo sabía hacer esquites. Por supuesto, debido al alto grado de dificultad para cocinar semejante delicia, le dije que sí. En una ida al supermercado, buscamos por todos lados elote blanco. Estábamos resignados hasta a usar la versión de lata, pero, ¡oh sorpresa! Todas las versiones enlatadas amenazaban con que su contenido era «super dulce».

Definitivamente, nos desanimamos, hasta que descubrimos que podíamos conseguir una bolsa de maíz blanco congelado. No era mi ideal, pero como reza la gran sabiduría tradicional de mi pueblo, «peor es nada».

>>De igual forma, me lancé a buscar el condimento principal de los esquites, que por no ser tradicional de la comida tex mex ni americana —aunque crece en el parque que queda cerca de casa— no es tan fácil de encontrar en las tiendas. Eric —el de la idea— dijo que lo conseguiría al otro día en el supermercado que tiene muchos productos mexicanos.


Al día siguiente, en mi habitual ruta por el parque, decidí que por si sí o por si no, me llevaba un ramito... no, dos ramitos de epazote. Lo seleccioné cuidadosamente, y corté las coronas de sendas plantas enormes y verdes. Lo que anticipé era que, de encontrar el epazote en Fiesta (la tienda), Eric lo compraría pero sería una mísera ramita, como normalmente venden acá las hierbas frescas. Cuando vi lo que compraron casi me voy de espaldas. En la oscuridad, pensé que era una docena de rosas, y cuando voy viendo... ¡era algo así como la cantidad de epazote que carga una indita para vender en su puestito del piso en el mercado! Por alguna extraña razón, así lo tenían en la tienda (yo creo que ni lo habían dividido para su venta) y cuando por fin lo hallaron entre tanta hierba, se los vendieron por un dólar. Bueno, figúrense qué voy yo a hacer con 11 pesos de epazote en el refrigerador.

Ya traté con una lista:

  • esquites
  • sopa de champiñones
  • quesadillas de champiñones
  • quesadillas de queso
  • huitlacoche (¿y ese dónde lo consigo aquí?)
  • chilaquiles verdes
  • frijoles negros
  • sopa de tortilla
  • robalo con epazote
  • té para ahuyentar lombrices

Y párale de contar. Si quieren ver otras, lean esto. El caso es que con esas recetas, tal vez logre agotar el vasto ramillete de epazote, pierda todos los posibles parásitos que tenga en mi sistema digestivo, y adquiera para siempre el fuerte olor de esta hierba, que es el saborizante por excelencia de la cocina mexicana.

Mientras tanto, les contaré que los esquites con maíz congelado resultaron todo un éxito. Me los serví en un vasito y les puse su limón, chile piquín —o la versión popis, Tajín—, hasta un poquitito de mayonesa, ¡y pa'dentro! Ah... por diez minutos estuve en las calles de México, frente a un puestito callejero, disfrutando mis esquites. Luego, regresé a la cruda realidad.


Por pura vergüenza decidí quitar el logo de «Every day in May».

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, hola, buenas noches!!!!


jeje si querés para que se te termine más pronto el epazote mándame tantito para acá jaja.
Haber cuando pruebo los esquites que preparas, eh?

Bendiciones!


Val*

db dijo...

y que se supone que sea eso?

La foto no se ve muy alentadora.

pero confio en su buen gusto.

Pippi dijo...

db:

El que lea esa herejía te manda matar, jajaja. Es porque no los has probado y no eres del Pueblo del Maíz.

Básicamente es maíz hervido con esa hierba, sal y algún otro condimento. Se come caliente (bastante caliente, salido de la olla) con limón, queso blanco (un tipo de queso que no tienen en Argentina), algunas personas le ponen mayonesa, y una dosis muy buena de chile en polvo. Te lo sirven en un vasito desechable, con tu minicucharita de plástico. ¡No sabes! Manjar del paraíso. ;-)