jueves, 15 de febrero de 2007

Al mal tiempo, buena cara


Tengo la nariz congestionada, me duele el cuerpo, me arden los ojos... ya concluí que nada tuvo que ver la perrita que llevaron ayer a la oficina —soy alérgica al pelo de los perros— sino que la gripa parece inminente (aunque la estornudadera estoy a punto de enjaretársela al mentado can). Eso explica la lamentable expresión de mis ojos. Con todo, hice una escala en la estética que está más cerca a la casa, y a donde últimamente acuden los amigos a hacerse cortes y tintes de cabello de todo tipo.

Me encantó como quedó mi corte... no me gustó nadita cuando tuve que firmar el voucher del pago con la tarjeta de crédito, pero como en parte este fue mi regalo de cumpleaños para mí misma (con dos semanas de retraso), retomo lo que dice aquel viejo slogan: «Es un pequeño lujo, pero creo que lo valgo» (¡y vaya si no!).


>>Acá la temperatura bajó hasta los infames 0ºC, que en Farenheit es 32 (todavía me pregunto qué manías de usar escalas que el resto de la humanidad no usa). Estábamos dos grados arriba de eso cuando salí del salón y me encaminé a casa. Bien dicho «encaminé» porque me vine andando —a las 8:30 PM— en la oscuridad y soledad de la noche. Quisiera saber qué tienen contra los honestos peatones los conductores de autos blancos, que al pasar junto a uno se regodean tocando la bocina, como si eso los hiciera graciosos. En este país, no puede uno salir a dar una caminata porque eso automáticamente lo marca como looser ante los ojos del cómodo conductor que viaja con la calefacción de su auto puesta hasta el tope. Por eso ha de ser que esta ciudad tiene el récord nacional de gordos... Eso explica que este país no quiera saber nada sobre el Protocolo de Kioto... tendrían que experimentar un decremento en su derroche de energía, y tal vez, —¡Dios no lo permita!— verse obligados a caminar por la vereda.

Los próximos días no prometen estar mejores, aunque eso sí, hemos tenido un sol brillante. Lo que se antoja es estar en un lindo café, frente a un ventanal que atrape los acariciantes rayos de sol, al calor de un latte y en la compañía de la persona querida.

En fin, tampoco por acá hay muchos cafés con ventanales que atrapen el sol. Pero hay que darle buena cara al mal tiempo. Por eso me fui a arreglar el cabello. Espero que me dure el gusto... hasta que tenga que pagar el saldo de la tarjeta de crédito.

Un enlace interesante sobre esfuerzos personales sencillos para colaborar con el Protocolo de Kioto:


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hey, Pippi!!!

Se te ve muy bien el nuevo look.!!

Y tómate algo para la gripa. Un XL3, adiós a la gripa en un 2x3 jajaja. Esas pastillas son muy efectivas (bueno eso dicen en la TV jeje).

Bueno, espero que te mejores.!!

Miles de bendiciones!

Cuídate!

Vale

Anónimo dijo...

Mi estimada Pipi, el look vale la pena, eso si... agarrate cuando te des cuenta que despelucaste al trojano, (gastaste la american express), pero bien lo vales, no? jajajajaja, cuidate y tapate, pues con ese frio....la verdad si se antoja el carro... o no?

Slds y bendiciones.

Abraham O. Mangin

Anónimo dijo...

te ves muy guapa pipis

Anónimo dijo...

Hola Sarai lindo look en verdad y weno creo ke vale la pena darse esa clase de lujitos y pues a disfrutarlo...mmm solo una pregunta de verdad eres tu??

Pippi dijo...

Mussio:

Clarín corneta que soy yo. No iba a andar poniendo la foto de alguien más diciendo que soy yo en mi propio blog... ;-)

Anónimo dijo...

Pues creo que en verdad te vez muy bien no quise desaprovechar la oportunidad de escribir en tu blog, ya que para eso me pasaste la url en fin tal vez me suscribiré, lo importante es tener tus lindos separadores de diseñadora de nuevo en Mexicalpan de las guayabas, salu2
atte...

tu humilde fan'ssssssssssssssss (en tono naco jajajaja)