viernes, 26 de enero de 2007

De «animes», nostalgia y regalitos

Ya empezaron a llover los regalitos. El primero y más valioso llegó en avión desde el DF hoy a medio día. Y con ella, es decir, en el interior de su maleta (valija, para los argentinos), venían otros obsequios reunidos desde extremos rincones del planeta como son Tánger y Cuautitlán Izcalli.

Algunos de los regalos prematuros que son objetos y que más llamaron mi atención, llegaron en la forma de dulces: unas galletas con forma de frijol, cubiertas de chocolate. ¿Saben de lo que hablo? Esas han sido mi vicio por años, desde la secundaria... Los miércoles, que es cuando se pone el mercadito «Sobre Ruedas» sobre un segmento de Av. Dr. Vértiz, salía con mis amigas Mony, Lucero, Liliana (cada una de ellas abarca una etapa de mi paso por Piedra Angular) y al pasar por los puestos del mercado, irremediablemente, me detendría en el de los dulces, a comprar mis 100 g de «Gordo» (desafortunadamente, ese nombre horrible le plantaron a tan increíble invento...) o 100 g de esos diminutos malvaviscos cubiertos con chocolate (a veces, con tal descaro, iba y compraba 100 g de cada uno... para repartir).

Otros, llegaron en forma de joyería, tarjetas, y... DVDs. ¡Ah! ¡Esos! El primero me lo mandó mi sobrina, para que viera el servicio en el que ella fue bautizada, hace unos meses. Y los otros... no sé de dónde los sacó mi hermano, ¡pero es la colección completa de Candy Candy en español! Por supuesto, ya comencé a ver los episodios, y con ellos vino toda una plétora de recuerdos y emociones, no porque me impacte la trama de la telenovela-anime —que bien podría ser la versión japonesa (claro, doblada al español por argentinos) de María Mercedes, Rosa Salvaje, etc... salvando distancias, claro—, porque de hecho, jamás vi la serie completa, y por eso los primeros capítulos son incluso novedad para mí a estas alturas de mi vida (Ahora, mis lectores varones... antes de que decidan saltar a otro mensaje, o peor aun, a otro blog, cabe advertir que no disertaré sobre detalles de la caricatura animada), sino por las cosas que me hizo revivir... mi infancia en Izcalli con mis hermanos, los primeros palpitares de mi corazoncito... en fin... Además, sé muy bien que algunos de ustedes, hombres, veían Candy Candy con sus hermanas y siguieron la trama, odiaban a todos los galanes de Candy y tampoco les pareció el final.

En fin, en este viaje, mi mamá no solo me trajo su presencia, que constituye per se una gran bendición, sino trajo empacados mis recuerdos, mis cariños, mis muchas cosas que dejé guardadas en México, en alguna caja en el rincón de mi mente.

Y por ello, queridos, todos los regalitos pre festejo son inmensamente valiosos para mí. También los son sus comentarios, que se han ido agregando a medida que visitan, leen y releen este blog. Gracias.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo tbn ya te hice llegar mis saludines :) espero que te gusten, como a mí los tuyos. Eres muy especial para todos los q te conocemos... incluso virtualmente, a la distancia.

Un abrazote desde mi Argentina, tierra donde siempre seras bienvenida!.

Andru

Anónimo dijo...

Me ganó de nuevo Andru jaja . Está disculpada, solo porque es mi amiga jaja.

Bueno Pippi, me hago presente también acá en tu blog para desearte un muy,pero muy...¡¡¡Feliz cumpleaños!!!.
Pásatela super bien, en compañía de tu mami. También disfruta ese delicioso pastelito de chocolate jeje.
Te quiero!!!!:D:D

Bendiciones!!!!!


Vale

Anónimo dijo...

mmmmmmmm los frijolitos de choclateeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee