domingo, 25 de febrero de 2007

De «juego» a «muere» en cinco pasos

¿Les ha pasado, en momentos cuando cualquier cosa de la lista de deberes parece aburrida, no encontrar cómo concentrarse? ¿O teniendo un poco, poquísimo de tiempo libre, no saber en qué usarlo? ¿Un viaje largo en avión, sin mucho qué hacer, porque la película que pasan ya la viste o no quieres verla, y tu compañero de asiento no es de platicar o va roncando?

Sin duda, cada familia es un micro cosmos, y en la mía, mis hermanos y yo hallábamos nuestras propias forma de divertirnos, incluso si íbamos empacados en la camioneta de la familia, rumbo a unas vacaciones, y el camino era largo y aburrido.



>>A veces, jugábamos a ver quién veía más placas de automóviles al pasar, que pertenecieran a otros estados. O a recordar palabras con las letras de esas placas. Por ejemplo, la placa era... 368-NYH (del DF, por supuesto, que son las que comienzan con números)... rápidamente alguien gritaba: «¡Neoyorquino hambriento!». La placa era SRE-XXX (donde XXX son cualesquiera dígitos), otro decía: «¡Serpiente!». La idea era explotar los recursos cerebrales para combatir el aburrimiento. Si este llegaba a tal grado que no daba para mucho uso neuronal, al menos contábamos los carros rojos o verdes... o azules... o blancos. Si era temporada navideña y viajábamos en la ciudad, competíamos para ver quién reportaba más arbolitos navideños que se asomaran desde las ventanas de las casas en el vecindario. Uno muy popular era decir primero que todos el nombre del producto que el anuncio comercial en la televisión promovía (mucho antes del control remoto y de la posibilidad de saltar de canal en canal). Pero hubo un juego que Cesia y yo nos inventamos y que nos dio horas de diversión. Incluso lo probé por chat hace unos años con un amigo, y todavía no logro que pierda...

Es un entretenimiento que viene en dos ramas y ambas tienen que ver con mutación de palabras. En la primera rama, se trata de llegar de una palabra a otra cambiando una letra a la vez y en el menor número de cambios posible. Oficialmente el juego ni siquiera tiene un nombre, aunque seguramente les proporcionará algo de diversión, estén solos o acompañados (la competencia siempre provee un poco más de diversión, no me pregunten por qué).

La primera rama
La primera rama se juega de la siguiente manera:

  • Hay que tomar papel y lápiz o bolígrafo (biromen, para los argentinos), o si se es muy sofisticado, la computadora personal.
  • Comenzando con palabras de cuatro letras (para principiantes), determinar dos palabras, por muy disímiles que sean. Usemos por ejemplo «casa» y «perro».
  • Ahora, escriban la primera palabra en una columna:
casa
  • A continuación, escriban bajo la primera palabra, otra pero en la que solo cambie una letra... no importa si es una de las vocales o una de las consonantes. No importa si es la primera letra o cualquiera otra (aquí marco el cambio con color anaranjado):
casa
capa
  • Sigan haciendo mutar la palabra nueva, de una letra por vez, hasta que logren llegar a su palabra-objetivo:
casa
capa
papa
parra
perra
perro

¿Cómo les fue? ¿en cuántos pasos lo hicieron? Probemos, basándonos en la misma primera palabra, cambiar la palabra objetivo. ¿Qué tal de «casa» a «puño»? ;-)

casa
caña
caño
paño
puño

¡Cuatro pasos, no está mal! Ahora, prueben con los siguientes pares:

  • De «loco» a «mamá» (el acento cuenta)
  • De «taco» a «cima»
  • De «palo» a «niña»
Ahora que son expertos, pueden cambiar a palabras de cinco letras. Probemos con «juego» y «muera» (se vale usar verbos también, en cualquier conjugación).

juego
fuego
fuero
fuere
muere
muera

La segunda rama
Ahora, la segunda rama tiene más licencias, porque aunque se trata de brincar de palabra en palabra, no se hace cambiando letras, sino asociando ideas. Aquí no importa el tamaño de la palabra. Es más loco, porque comenzarán con algo como «escuela» y terminarán con algo como «filete» y sus listados podrían ser muy, muy breves, o largos como la fila de las tortillas (en México, las tortillerías tradicionales, sobre todo fuera de las zonas urbanas, tienden a atender un cliente por vez, y eso hace que uno tenga que estar formado algunos minutos hasta que le toque el turno... Foto 1 Foto 2).

Prueben con el ejemplo que puse arriba:

escuela
niños
jugar
cansado
hambre
filete

Como se pueden dar cuenta, cada nueva palabra abre las posiblidades para la siguiente.

Si al terminar no están satisfechos con la ruta que encontraron, prueben otra, y otra y otra.
¿Qué tal ver no cuál es la ruta más corta, sino la más larga? ;-)

escuela
educación
buenos modales
simpatía
risa
chiste
sonrisa
dientes
caries
comida
filete

Si están acompañados, compitan. Háganlo por el chat si están conectados. Aprendan las posibilidades. Mi amigo Gamaliel propuso una variante: él proponía una de las palabras y yo la siguiente, así hasta ver quién era el primero que perdía diciendo «cangrejo». No recuerdo cuánto tiempo pasó, pero después me dijo que lo estuvo jugando con otras personas.

Como ven, pueden tomar ventaja de palabras o circunstancias sosas y convertirlas en entretenimiento.
Prueben con sus propias palabras. Publiquen su resultado como comentario a este artículo. Me encantará leerlas. Tal vez podrían hacer solo cuatro pasos de «casa» a «perro»...

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